El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, retiró a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, marcando un cambio significativo en las relaciones entre ambas naciones.
La decisión, anunciada por la Casa Blanca, fue acompañada por el compromiso cubano de liberar a presos políticos y garantizar su postura contra el terrorismo.
Según la administración Biden, Cuba no ha brindado apoyo al terrorismo internacional en los últimos seis meses y ha ofrecido garantías para no hacerlo en el futuro.
Este movimiento responde a negociaciones multilaterales que incluyeron a actores como el Vaticano, buscando también liberar a 553 reclusos en la isla.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba confirmó las excarcelaciones, pero no ofreció detalles sobre los delitos ni las identidades de los beneficiados.

Aunque el organismo argumentó que la medida responde al Jubileo Ordinario del Año 2025, observadores internacionales sospechan que está vinculada al acuerdo con Washington.
Cuba había sido retirada de esta lista en 2015 por Barack Obama, pero Donald Trump la reincorporó en 2021, señalando vínculos con grupos armados y su alianza con Venezuela. Este estatus limitó el acceso del país a financiamiento internacional y agravó su crisis económica.
La exclusión de Cuba de la lista podría aliviar sanciones financieras y desbloquear transacciones internacionales. Sin embargo, líderes cubanos como Miguel Díaz-Canel han calificado el gesto como tardío y de alcance limitado, destacando que persisten restricciones impuestas desde 2017.
Desde el Observatorio Cubano de Derechos Humanos alertaron que la falta de claridad sobre las excarcelaciones genera dudas sobre si los presos políticos están incluidos. Actualmente, la isla mantiene detenidos a opositores clave y a manifestantes de las protestas de 2021.
La medida también ha generado críticas en sectores conservadores de EE. UU., que consideran que favorece al régimen cubano sin exigir cambios significativos. Algunos legisladores han advertido que el presidente electo Donald Trump podría revertir esta decisión una vez asuma el cargo.
Pese a la polémica, la decisión representa un paso hacia la normalización de relaciones bilaterales y podría tener un impacto positivo en la economía cubana. Queda por verse si esta apertura contribuirá a mejorar la situación de la población en medio de una crisis prolongada.
Con información de agencias
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