Alberto Fujimori sale de prisión

El expresidente de Perú Alberto Fujimori salió este miércoles del penal de máxima seguridad de Barbadillo, en las afueras de Lima, donde desde 2009 cumplía una condena de 25 años de cárcel por los delitos de homicidio calificado, lesiones graves y secuestro agravado por trato cruel, entre otros delitos

La salida de prisión del exmandatario de 85 años se produce horas después de que el Tribunal Constitucional de Perú ordenara su puesta en libertad ‘inmediata’.

Fujimori abandonó el penal en un vehículo en el que también viajaban su hija Keiko y su hijo Kenji. Antes de subirse al auto, las cámaras de televisión lo captaron abrazándose a sus hijos cubierto por una mascarilla.

A las afueras del penal, decenas de sus seguidores que llevaban horas concentrados allí, celebraron su liberación.

Fujimori se trasladó tras su liberación a casa de su hija Keiko en Lima. Allí, ella dijo: ‘Gracias a todas las autoridades que permitieron que mi padre esté en casa’.

Gran polémica en Perú

Fujimori sigue siendo un personaje muy controvertido y el recuerdo de su gobierno, muy espinoso.

Ya en marzo de 2022, el Constitucional peruano falló a favor de la liberación de Fujimori, pero una resolución posterior de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) frenó la puesta en libertad.

El Tribunal Constitucional negó este martes la competencia de la Corte IDH para establecer como no ejecutable la polémica sentencia que condujo a la liberación a Fujimori.

Su liberación se produce después de que el Tribunal Constitucional ratificara la validez del indulto que le concedió en 2017 el entonces presidente, Pedro Pablo Kuczynski, en contra de lo dictado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Su liberación supone el último capítulo de una larga batalla judicial dentro y fuera de su país.

Quién es y por qué estaba en la cárcel

Alberto Fujimori fue presidente de Perú entre 1990 y 2000, y su recuerdo sigue polarizando a la opinión pública peruana.

Sus partidarios destacan el éxito de su política económica en la batalla contra la hiperinflación que golpeaba a Perú cuando llegó al poder, y que bajo su mando se produjo la derrota de la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso.

Sus detractores subrayan su carácter autoritario, y recuerdan que en 1992 dio un autogolpe que acarreó el cierre del Congreso, las violaciones de los derechos humanos que perpetraron agentes del Estado en la lucha antisenderista, y los escándalos de corrupción que salpicaron el final de su gobierno.

Fujimori renunció a la presidencia de Perú mediante el envío de un fax en 2000 y abandonó el país. La justicia peruana lo persiguió durante años para hacerle responder por sus causas pendientes, pero no fue hasta 2005 cuando fue detenido y encarcelado durante una visita a Chile.

Este país lo extraditó finalmente a Perú en 2007.

Fujimori fue condenado a 25 años de prisión en 2009 como autor mediato de los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta, ocurridos en 1991 y 1992 respectivamente, acciones en las que militares del llamado Grupo Colina cometiera dos masacres que acabaron con la vida de 25 personas.

La primera tuvo lugar en 1991 en el vecindario de Barrios Altos, en Lima, y la segunda en 1992 en la Universidad de la Cantuta, también en la capital.

También se le condenó por su participación en los secuestros del periodista Gustavo Gorriti y del empresario Samuel Dyer, ambos en 1992.

Fue la primera vez que un exmandatario constitucional de América Latina era juzgado y sentenciado en su propio país por crímenes contra los derechos humanos.

Con información de agencias

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