Guerra de nervios en Morena

Los dirigentes de Morena están contentos: hicieron precampaña, le ganaron la agenda 10 días a los demás partidos, aumentaron el conocimiento de sus tres aspirantes, aceitaron sus esquemas de movilización y de paso le subieron un poco el conocimiento a la marca.

No estoy seguro si esa visibilidad de la marca Morena será favorable o no, pero por lo pronto durante la precampaña Morena se fue solo y en los medios únicamente hablamos de los tres precandidatos Nancy de la Sierra, Luis Miguel Barbosa y Alejandro Armenta.

Esa es la razón por la que la dirigencia de Morena está contenta.

Porque al final esta etapa, sin importar que se hayan dado hasta con la cubeta y por encima y debajo de la mesa, sus tres personajes mejor posicionados agitaron las aguas y salieron a la calle a avivar a sus votos duros.

Y con esa maniobra, ahora Morena tendrá más o menos actualizadas sus bases de datos de promoventes y promovidos, así como las secciones electorales de mayor rentabilidad, después de la elección.

Esto es: después de julio del año pasado, es la primera vez que Morena recorre plazas públicas y hace eventos lo mismo con empresarios de organizaciones modestas que con las grandotas aglutinadas en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

Así, los pactos, los acuerdos, las promesas y exigencias también fueron aceitadas, renovadas, pues.

En tanto, el PAN espera paciente la decisión del panismo nacional que por supuesto analiza la confianza de Morena que cuenta con una intención de votos entre 38 y 50 por ciento en Puebla contra 10 o 14 del PAN, pero que obvio, al ponerle nombre al candidato esa proporción se moverá.

Se moverá si el candidato de Morena no es el que esperan sus huestes y la población abierta.

Se moverá en el caso de que el PAN postule a alguien con la suficiente fuerza como para abonarle intención de voto al blanquiazul.

Se moverá si los de Morena cometen errores graves (lo cual dudo que ocurra).

Los liderazgos de Morena saben que no pueden fallarle al presidente por todo lo que está en juego en Puebla.

Y sin duda, supongo que el presidente Andrés Manuel López Obrador debe considerar todo esto y más variables en su análisis.

Para el viernes (día que nos volveremos a leer) estará concluyendo la aplicación de la encuesta y claro, a partir de ahí se sabrá la decisión del presidente.

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