El conservador Congreso brasileño, con fuerte presencia de la banca ruralista, anuló el veto del presidente Luiz Inácio Lula da Silva al artículo de una ley, aprobada por el Legislativo, para limitar la demarcación de cientos de tierras indígenas.
Ahora el texto deberá ser promulgado, pero es muy probable que la Corte Suprema lo termine declarando inconstitucional, un fallo que también podría ser impugnado.
La anulación del veto de Lula fue una victoria para los partidarios en el Congreso del expresidente Jair Bolsonaro y sus aliados en la agroindustria. Varios miembros de la coalición gobernante de Lula también votaron a favor de revertir la acción del presidente.

La ley en cuestión es parte de la cruzada de los terratenientes y ganaderos brasileños para amasar más tierras. El veto de Lula era a la tesis del ‘marco temporal’, que establece que los pueblos indígenas sean expulsados de sus tierras en proceso de demarcación, en caso de que no demuestren que se encontraban en ellas antes del 5 de octubre de 1988, cuando se promulgó la Constitución.
Ese criterio, que pone en riesgo el futuro de cientos de reservas en Brasil, fue rechazado en septiembre por los jueces del Supremo Tribunal Federal (STF) en un juicio que duró más de dos años.
Con información de agencias
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