El impacto de la legalización de la Cannabis en la industria mexicana

Uno de los puntos más importantes que la administración por entrar ha querido impulsar, es la legalización de la plata conocida como Cannabis Sativa, en sus variedades americana, e Índica. Más allá del debate público acerca de la moral y las buenas costumbres, que en mi opinión es un debate anacrónico e innecesario ate la realidad de las actividades del crimen organizado en relación a la comercialización de la citada planta en nuestro país, es importante destacar que existe una gran industria que puede ser despertada y que ya una vez vio la luz del sol.

La marihuana, como es conocida comúnmente en nuestro país la planta mencionada, tiene antecedentes de haber sido usada como remedio medicinal ya desde el año dos mil antes de Cristo en China y otros países asiáticos. Natural, dado que el origen de dicha planta son los Himalayas. Pero no era su único uso, y menciono el uso medicinal que tenía esta planta solo como el inicio de todos los diferentes mercados que su legalización puede afectar y que ya una vez estuvieron abiertos al comercio. Las fibras de la planta de la que hablamos son excepcionalmente benéficas para la creación de textiles y fabricación de papel.

A inicios del siglo XX, antes de su estigmatización a nivel mundial, el cáñamo, nombre que tiene la marihuana cuando es empleada para fines de producción textiles o de papel entre otros, era una competencia directa y feroz contra la producción de algodón y la celulosa forestal. Fue precisamente entre los años de 1920 y 1930 que tanto Gran Bretaña como Estados Unidos hicieron ilegal su cultivo, consumo, portación y comercialización como resultado de las presiones provenientes de los lobistas de las industrias del algodón y del papel. Con base en sus propiedades psicotrópicas, la Cannabis es prohibida para todo tipo de uso que no sea medicinal, y aún este uso es muy restringido porque requiere una serie de documentos de difícil acceso y comprobación.

En el caso de México, la prohibición era tan absoluta que incluso estaba penado el dar información sobre cómo hacer tu propio cultivo de dicha planta. Es hasta 2005 que tras una iniciativa de Vicente Fox se relaja la legislación permitiendo el consumo y portación de una cantidad no mayor a cinco gramos. En 2008, el senado René Arce Islas presentó una iniciativa d ley para la regularización del mercado de la planta, pero fue enviada a la congeladora legislativa. Fue hasta 2015 cuando la Suprema Corte dio el primer paso hacia la despenalización de la Cannabis al otorgar un amparo a cuatro personas para cultivar, poseer, trasportar y consumir la sustancia para fines recreativos o lúdicos.

Así pues, tenemos una industria a la que, de acuerdo a encuestas, ya ha tenido acceso el 10% de nuestra población adulta, y un 7% de nuestra población de menores de edad. Es un hecho innegable que la sustancia llegará a quienes quieran probarla o consumirla consuetudinariamente, sin importar cuantos golpes de pecho nos demos, y cuántas personas asustadas pregunten cuándo se empezará a pensar en los niños, pero la realidad es que la legalización de la sustancia piensa en efecto en los niños, aún cuando ese no sea su foco principal.

Ante el avance sostenido durante los últimos doce años del crimen organizado que ha demostrado ser más fuerte, hábil y polifacético que toda estrategia implementada hasta hoy para enfrentarle por parte del estado Mexicano, tenemos que asumir que esa sustancia no puede ser contenida, como no puede ser prohibido el alcohol, y ello quedó bien demostrado con la era de la prohibición en Estados Unidos, y la subsecuente generación de toda una familia de gangsters del crimen organizado.

La prohibición de una sustancia la hace deseable, pero si a ello aúnas el hecho de que aproximadamente el 18% de tu población tiene interés en consumirá, estás peleando una guerra pírrica. Se puede y debe aprender de los fumaderos de opio en China. Ante un problema con esa sustancia, el estado la legalizó y acaparó su control, producción, venta y consumo. Con ello, se frenó su avance, se mermó rápidamente la capacidad económica del crimen organizado, y más importante, el Estado, la industria y la economía crecieron mientras los índices delincuenciales bajaban.

Ahora, todo lo dicho es en relación al uso lúdico y medicinal de la Marihuana, es decir, nos referimos al objeto comercial y legal del compuesto THC, y sus efectos psicotrópicos, pero esta es solo una cara de la industria y que incluye no solo los famosos “porros” (Cigarros de marihuana.), sino también aceites medicinales, derivados en alcohol para efectos de frotación, empleo de aceites y cremas derivadas para el tratamiento de pacientes con convulsiones, pero ¿Cuáles son los efectos físicos que causa esta planta y que toda la población que nunca la ha consumido desconoce? ¿Qué efectos positivos y negativos conlleva su consumo?

Los efectos positivos son los siguientes en general, de acuerdo a algunos estudios : Alivio del dolor, reducción de nauseas, vómitos, ansiedad, regulación del sueño, reducción de inflamación, aumento del apetito, aumento del tono muscular, ayuda en la función motora y tratamiento de espasmos y convulsiones.

Pero desde luego, su abuso genera perjuicios, y sin embargo, comparados a los perjuicios que lleva el alcohol aparejado, son mucho menos importantes y no justifican su prohibición. En mi experiencia personal, sé que muchas personas toman y se vuelven violentas, agresivas, mentirosas, o de difícil trato. Pero hasta hoy, mi único recuerdo de una persona en estado alteado por el consumo de dicha planta se dio cuando esa persona salió de un baño público en un parque de diversiones para el que yo hacía cola con otros, cuando el citado joven, que además se veía como cualquier jovencito de clase media, salió en medio de una humareda y un olor acre. Alguien le gritó marihuano. Y el joven exclamó con un gesto de pena y compunción casi cómico “Perdón, amigo, te quiero. ¿Quieres un toque?”

No estoy diciendo que todos reaccionen así, pero lo cierto es que el alcohol es una sustancia estimulante, mientras que la Cannabis es una sustancia relajante. Creo mil veces que es mejor, en una era donde el estrés se come, se vive, y se sueña, el tener a personas con un vicio que resulta en mansedumbre a tener a la misma gente consumiendo un estimulante que cuesta muchas vidas, y tiene pocas virtudes como su contrapeso en esta hipótesis.

Por último, más allá de una defensa al uso psicoactivo de la sustancia, quiero terminar defendiendo su importancia en la industria. Ya he hablado de sus beneficios y usos medicinales, terapéuticos y lúdicos, pero les comenté acerca de una variedad de Cannabis que producía vienes relativos a la fibra de dicha planta, a textiles, papel, forraje para ganado, aisladores térmicos y acústicos, material de construcción, biocombustibles, porque de esta planta se puede derivar tanto etanol como biodiesel. ¿Cuál es esa variedad y cuál es su diferencia con las variedades americana e índica? La respuesta es simple: la concentración del compuesto THC en la planta. El cáñamo es una variedad de cannabis Sativa, sea americana o índica, que contiene un porcentaje tan bajo de THC, que de acuerdo a ciertas publicaciones, deberías fumar aproximadamente cinco kilos de dicha planta para poder tener una intoxicación por la misma. Pero graciosamente no te intoxicarías por THC, sino por el dióxido de carbono resultante.

Así pues, el cultivo y empleo del cáñamo es excluyente de su uso y empleo medicinal, terapéutico o lúdico, y por ende, en la valoración que hagamos como sociedad y gobierno, siempre debe imperar el beneficio que conlleva cada acción. El legalizar la marihuana nos da como beneficio inmediato un ataque directo y feroz contra las fuerzas económicas del crimen organizado en el país. Pero esto es solo el comienzo. La comercialización de la planta Cannabis Sativa dará un impulso mayor a nuestra economía. Son no una o dos, sino al menos quince o veinte distintas industrias que nuestro país puede comenzar a explotar y adelantarse con ello a muchos otros países que finalmente tendrán que hacer lo mismo, y que son deseables no solo aquí, sino en el extranjero donde su uso medicinal y lúdico ya está permitido. Por todo lo dicho, mi opinión es que la legalización de la marihuana s correcta, necesaria, deseable, ¡y ya se estaban tardando!

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